¿Qué pasaría si, de repente, te das cuenta que te queda un día de vida?. Es posible que sientas que no te va a alcanzar el tiempo para hacer todo lo que quieres hacer, que no podrías hacer todo lo que te falta por hacer.
Posiblemente sentirías que tampoco tendrás tiempo suficiente para ver a todas las personas que te importan, con las que no has podido compartir en los últimos meses, días, o años. Seguramente comenzarías a “pegar carreras” para poder hacer todo eso, y poder compartir con todos los que amas y te importan…
¿Realmente alcanzarías a hacerlo?, estoy segura, que tu respuesta sería: NO. Entonces, ¿por qué esperar a que esa situación llegue para hacerlo distinto? ¿Por qué esperar a que esta vida esté a punto de irse de nuestras manos, para darle a nuestra alma lo que tiene mucho tiempo gritando?
Damos por sentado muchas cosas en el día a día, lo damos tanto, tanto; que dejamos de valorar cada instante de esta vida. Dejamos de sentir cada inspiración que le da vida a nuestros pulmones y a nuestro ser. Dejamos de valorar cada partícula de oxígeno que entra a nuestro organismo, que alienta nuestro espíritu, que sostiene nuestra alma.
Hemos perdido la capacidad de vivir, de valorar la vida que tenemos, de sentir que estamos vivos. Hemos olvidado que se nos dio la oportunidad de vivir, cuando otros, quizás nunca llegaron a conocerla o ya no están en este plano.
Que diferente sería, si cada instante recordáramos que no somos un accidente, que nada, absolutamente nada, es accidental.
La creación que nos envió o trajo hasta aquí nos envió, nos creó con un propósito. Llámale Dios, Krishna, Alá, Eros; el nombre que mejor te suena o llega, según tu Fe. En todos los orígenes de creación del hombre que conozco, enuncian que el ser humano fue creado con amor y fue enviado a este plano, con un propósito.
Nadie es un accidente. Aunque te enteres que tus padres “no te planificaron”, no eres un Accidente. Fuiste planificado y concebido con amor, para un propósito único e irrepetible. Conozco parejas que no tienen problemas para concebir, y nunca han podido tener hijos. Conozco mujeres que han querido abortar, y luego de 2 intentos, nunca les funcionó.
Para mí es claro que la vida y la muerte, no depende de nosotros. Conozco gente que tiene diabetes desde hace 40 años, no tiene los cuidados necesarios, y sigue viva. Conocí personas que se resbalaron en el baño y murieron al golpearse, habiendo tenido una vida completamente sana. Por eso creo fielmente en que la vida y la muerte, no está en nuestras manos, aunque eso nos gusta pensar, quizás por una necesidad de control, pero no está en nuestras manos.
Tómate cinco minutos para respirar, y sentir como partícula de oxígeno que entra a tuis pulmones, como eso es capaz de darle vida a millones de células que te dan vida, que forman parte de ti. Siente como tu corazón, tus pulmones, tu hígado, cada órgano se llena de vida con solo respirar. Hazlo diariamente, con calma, en pausa, y verás como cambia tu visión de vida, como cambia tu sentir, como comienzas realmente a sentir la vida dentro de ti.
Y después, pule tu vista, y tus pasos, sal a caminar y mira las bellezas creacionales que hay a tu alrededor, siente como puedes ver, lo que no ves con la prisa del día a día, porque otros no tienen tus ojos ni tu visión para disfrutarlo. Siente como cada paso te lleva al lugar al que deseas ir, gracias a que tienes dos pies que te permiten caminar. Deja el teléfono y conversa con el que tienes al lado, vive la experiencia de comunicarte de verdad desde tu espíritu con el espíritu del otro. Sin ningún medio tecnológico que te cargue al final del día por tanta energía que recibes de ellos, mejor cargarse de la alegría, del contacto, del sabor de conversar personalmente con el otro. Del abrazo del otro que es capaz de despertar en ti toda la información celeste que hay en ti, en tu espalda, que te enderezan la columna liberándola de cargas.
Tenemos la posibilidad de renacer en cada suspiro, en cada respiro, en cada palabra, en cada paso, en cada día. Mientras estemos en este plano, seguimos teniendo la posibilidad, no te pierdas de ello.
Iduwali Nali.