Las Cicatrices Del Alma.

Todos tenemos heridas que nos han dejado cicatrices. Si fuesen en la piel, nos sería más fácil darnos cuenta de que las contenemos, pero como es en lo más profundo de nosotros, no las notamos. Nos damos cuenta que están allí, cuando pasamos por un episodio que nos las recuerda.

Cuando las cicatrices están en la piel, generalmente nos ocupamos de que no se vean, tratamos de arreglarlas, de sanarlas, de volver a ser nosotros mismos, de volvernos a ver como antes. Con las cicatrices el alma ocurre lo mismo, o debería ocurrir lo mismo, deberíamos ocuparnos en sanarlas, en volver a estar como antes de tenerlas.

En esta realidad tan rápida y superflua de la cotidianidad en la que nos desenvolvemos, nos ocupamos y gastamos en vernos bien, por fuera. La Apariencia de un mundo falso que nos hemos creado, es más importante que lo que somos de verdad, y cómo estamos en realidad.

Gastamos dinero, descanso, ganas, fuerzas en cosas que no nos ayudan a estar bien, si no que más bien nos desgastan y enferman más. ¿Cuánto nos cuesta invertir en nuestro bienestar? Podemos gastarnos mucho dinero mensual en comidas callejeras o salidas de derroche, pero nos cuesta gastar en sanar nuestra alma. Y eso, es lo realmente importante.

Todo eso que hacemos, que atendemos y que dejamos de atender, es una muestra de lo perdido que estamos y de lo poco que nos valoramos.

Afortunada o desafortunadamente, la vida en el momento justo, cuando ya estemos en el camino del no retorno, nos va a mostrar nuestras cicatrices que tenemos en el alma. Seguramente en ese momento tan doloroso, es cuando vamos a entender que de nada sirve «verme bien», de nada sirve «aparentar estar bien» en las redes, cuando no le he puesto una curita a lo que sostiene mi vida.

Ninguno de nosotros vino a transitar por el dolor para poder sanar. Hemos decidido elegirlo por un mal condicionamiento, que tiene siglos en nosotros. Pero es el momento de despertar.

Que tus cicatrices te muestren lo que vales y que optes por valorar lo que realmente eres, y lo que mereces. Éxitos en el camino de sanación y de evolución.

Idúwali Nali.